El tiempo y el espacio, juntos,
son un tema muy confuso.
Mucho más confuso es viajar
dentro de un vagón de tren subterráneo.
El mismo aire.
El mismo sueño.
El mismo vaivén.
Palabras fantásticas en cada historia,
se desmoronan al abrir los ojos que no son nuestros ojos.
Sino, los de alguien más. Alguien que nos observa pacientemente.
Y es aquí cuando comienza todo, no antes. Sólo ahí.
Cuando te das cuenta que aquél tren va tomando la curva a ninguna parte.
Y que junto a tí se encuentra sentada la muerte
Convertida en un romance en cada parpadéo.
Un dragón hermoso y coqueto,
esperando que te bajes del tren
Para darte las llaves de tú vida,
que le habías prestado hace unos días.
Cuando no te acordabas de ella, de tí, y ella de tí.
De nadie. De Nosotros mismos, que no nos conocemos.
MUDO
Aunque te enamores
Dentro de un tren.
Lo demás, es lo demás.
Regala flores
Cuando el metro te deje
Abajo.
Aúlla como Ginsberg.
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