martes, 16 de octubre de 2012

Memoria Frágil




La noche era oscura. Y la literatura lo había abandonado. Vagaba por el suelo, donde los árboles tienen olor a orines y la gente mendiga por una sonrisa. Lo demás es fantasía hogareña; el chico conoce a la chica y todos terminan muertos. Claro no hay nada más lógico que la muerte. Es cómo decir que en un planeta rojo, los humanos son fósiles de generaciones bestiales, como las panteras.  No hay teoría que lo contra diga.  Las sombras lo rodeaban sin darse cuenta. La soledad era la música ambiente de sus pasos, pasos lentos y románticos que perdían la noción del tiempo en las alabanzas de la poesía.  Poesía nihilista y viscosa. Mañanas invisibles como el espíritu y el alma, que rellena los ambientes oscuros como el vino en un examen de orina. 

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